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Foto del escritorCámara de Comercio Italiana en México

Gana escudería de la UNAM primer lugar en seguridad de viaje en el Shell Eco-Marathon

La escudería Miztli participó en la 35ª edición del Eco-Marathon celebrado en Río de Janeiro, Brasil


En agosto pasado la escudería Miztli de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) obtuvo el primer lugar en la categoría “Premios de Seguridad” durante la 35ª edición de la Shell Eco-Marathon, realizada en Río de Janeiro, Brasil.

“Hemos ganado dos veces consecutivas”, dijo Jorge Caballero Esquivel, participante de la escudería capitaneada por Pamela Mirazo e integrada por 22 estudiantes.

El Eco-Marathon es la competencia universitaria internacional de automóviles eléctricos y sustentables, organizado por la empresa energética Shell, que en esta ocasión se celebró en las instalaciones del puerto de Maua, a la orilla del mar Atlántico.

Para esta edición en Brasil participaron 36 equipos provenientes de Colombia, México, Argentina y Perú, aunque aproximadamente el 80 por ciento de las escuderías fueron brasileñas.

Jorge Caballero explicó que en esta ocasión recibieron el primer lugar en Travel Safety Award, una de las categorías de los premios off track, es decir, aspectos a evaluar fuera de pista, por la mejor planeación, desarrollo y seguridad en el envío del automóvil

“Esta categoría evalúa desde que cada integrante sale de su casa al llegar a Brasil y cada componente del vehículo, y de regreso a casa”, refirió Caballero al platicar con Energía a Debate.

Detalló que el equipo Miztli –“puma” en náhuatl– el cual que este premio se otorga a los equipos que tuvieron la planeación más segura para su viaje en cuanto a vacunas, papeles y, en general, toda la logística, además de reconocer la manera correcta del uso de equipo de seguridad y protección.

A pesar de que la escudería Miztli se compuso por 22 integrantes, por razones de reglamento solo pudieron viajar a Río de Janeiro diez de ellos, quienes representaron a la Máxima Casa de Estudios en este Eco –Marathon.

“La mitad del equipo está conformada por diseñadores industriales y el otro segmento por ingenieros mecánicos”, dijo Jorge, además de dos ingenieros eléctricos, un físico y una chica de comunicación, todos estudiantes de Ciudad Universitaria. Tanto Pamela como el propio Jorge son diseñadores industriales.


Un diseño basado en el esqueleto humano

La escudería universitaria participó con un vehículo eléctrico impulsado por batería de litio, de tres ruedas con dirección al frente.

Se trata de un monoplaza que tiene un largo de 2 metros, ancho de 1.20 metros y un metro de altura, además de un peso de 78 kilogramos incluyendo a la piloto, que este año fue Iara Ríos, con César Santos Nava como sustituto.

Posee un motor trifásico de 3,500 watts que corre a 200 revoluciones por minuto. Al respecto, Jorge también detalló que el vehículo tiene un gran “torque”, es decir, la fuerza medida en Newtons por metro que puede tener un objeto. “Es como la aceleración, la fuera con la que un objeto dinámico puede acelerar; en este caso son los 2,500 watts”, apuntó.

Para el diseño del vehículo, el equipo se basó en el cuerpo humano, en el cual existe una estructura, o esqueleto, sobre el cual está montado el “chasis”. “Los seres humanos somos un chasis”, comparó e indicó que el modelo del vehículo es monocasco con un peso de 32 kilogramos.

Para el armazón y las partes mecánicas, explicó que utilizaron partes de bicicletas, manteniendo al piloto en posición acostada.

Un dato innovador que llamó la atención en el Eco-Marathon por parte de los demás equipos participantes de otros países fue que el vehículo de la escudería Miztli tuvo una dirección por palancas, a diferencia del tradicional volante.

“Todos usan un volante, pero por ergonomía nosotros nos evitamos ese obstáculo, por ello optamos por la dirección por palancas”, dijo Jorge.

En cuanto a la huella de carbono, anotó que el chasis y otras partes del vehículo son de aluminio reciclado de una planta ubicada en la Ciudad de México, mientras que las cubiertas con de fibra de vidrio.

Acerca de la batería, primeramente explicó que su huella se mide en términos de la eficiencia energética que el vehículo tiene al final. La de la unidad del equipo Miztli fue de 130 kilómetros por kilowatt por hora (km/kW/h), una marca alta dentro de la media internacional que se encuentra entre los 130 y los 60 km/kW/h.

“Para dimensionar, se puede comparar con la tabla mundial de posicionamiento de la competencia. En el top 5 se encuentra entre los 120 y 300 km/kW/h. Esta marca de 130 km/kW/h la verdad es una marca muy superior, pero el top 10 del ranking del continente se encuentra entre los 80 y los 150 km/kW/h”, compartió con este medio.

Desgraciadamente esta marca no se pudo demostrar durante la competencia por problemas técnicos, ya que el vehículo no logró completar las diez vueltas reglamentarias.

“Esto sucedió porque por la pandemia se quedaron sin apoyo eléctrico y mecatrónico, por lo que tuvimos que construir un controlador desde cero, una arquitectura nueva. Entonces, se probó bajo muchos protocolos de laboratorio y también se probó en CU”, dijo Jorge.

“Pero hubo unos tipos de corriente que no consideramos y que se salieron de nuestras manos y tuvimos fallas con el controlador, así que no pudimos completar las 10 vueltas del ciclo de la competencia”, sin embargo, en las pruebas de laboratorio se alcanzó una eficiencia de 130 km/kW/h.


Una experiencia increíble


Durante la entrevista, Jorge expresó lo que significó la experiencia en Río de Janeiro. “Fue una experiencia increíble y diferente”, dijo entusiasmado y no dejó de resaltar la excelente organización del evento en un país latino, con la calidez que le caracteriza.

“Es una competencia amistosa, me quedo con eso”, concluyó.
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